Black Star [ Shantal ]

Salí del autobús con la mochila a cuestas y unos cascos enganchados al Ipod, já! Llevaba dos días en la ciudad y todavía no la había pateado, así que como tenía la mañana libre, me dio por darme una vuelta por la ciudad donde acabé almorzando en un bar, me gustaba hacerme pasar por humano aunque en Inglaterra lo del almuerzo no era común, pero lo pensé un poco tarde. Decidí ver un poco la cultura de esta ciudad, siempre me había gustado ver cosas de las ciudades, había que ser un tipo culto en este siglo. Como decía salí del bar y me dirigí hacía el museo, pasé por al lado de una chica que estaba sentada en el césped, me quedé mirándola como a cualquier persona que veo pasear por la calle, pero giró la cara antes de que pudiera verle el rostro.

- Tampoco hay que ser tan borde, que no soy tan horrendo.- dije mientras caminaba y la seguía mirando. – Creida – Le dije mientras le sacaba la lengua y le ponía cara de payaso.

Llegué al museo, me puse a la cola del museo, no es que la gente fuera al museo, pero justamente ese día una clase de escolares tenía una excursión al museo o bueno si no, no me explicaba cómo podía haber tanto niño revoloteando por allí. Me colé entré ellos para entrar, hasta que me paró una mujer en la puerta pidiéndome el ticket. No tenía buena cara así que no iba a funcionar unos cuantos halagos para que me dejará entrar por la mi cara bonita...

- Perdona, ¿el ticket?
- Uh, el ticket, eemmmm ¿no te lo ha dado mi compañero? Es que soy profesor de los alumnos, y como estaba controlando los últimos de la cola, se le habrá pasado.

La mujer refunfuñó, pero me dejo pasar sin ningún problema, eso sí los alumnos me miraron con cara rara pero oye un poco de cultura no está mal, además gratis, que hoy día cuesta más un libro que una pastilla… Me volví a poner los cascos, con la música a full y me puse a mirar los cuadros, salí de la zona abstracta para pasar a la contemporánea, “esto está mejor, ha” pensé.

Oh, se sentía tan bien no tener nada qué hacer. Así que, como no quería quedarme esa tarde sóla y aburrida en el hotel sin hacer nada que me gustara, a demás de escuchar musica, ver televisión y llenarme de comida chatarra; decidí salir a hacer un poco de ejercicio; tenia tiempo que no lo hacía y bueno; tenia que ejercitarme un poco. Aprovechar que por primera vez tenia un pequeño respiro.

Salí del hotel con mi reproductor encendido escuchando musica y empecé a correr por las calles. Varios kilometros recorrí hasta llegar al paquecito en frente del museo. Siempre me habian agradado esos lugares, o al menos desde que tenía memoria; y es que esos años de los cuales no recordaba nada, eran una completa mierda. Me tumbé en el cesped y empecé a hacer otra clase de ejercicios. De repente sentí a alguien mirandome, levante la vista y me giré rapidamente, antes de que pudiera verme completamente. No podía reconocerme ni saber que estaba ahi, no despues de nuestro ultimo encuentro.

Escuché lo que dijo y fruncí el ceño al llamarme creida. ¿En serio? ¿Me estaba llamando creída? Oh no...a mi nadie me llamaba asi. Ah no, ahora si no me importaba si me veía o no. O si me reconocía. No, sólo quería hacerle que me pidiera una disculpa por haberme llamado creida.

- Mira tú pedazo de... -Pero me callé al ver que ya no estaba. Frunci el ceño y mire a todas parte, viendolo irse hacia el museo. Oh no...eso si que no. Me levante del suelo y empece a caminar hacia él. -¡Oye! ¡Ven aqui! No me dejes hablando sóla. -Dije, pero él simplemente me ignoró. Bufe y me levanté, yendo hacía él. -También soy docente y todas las chorradas que dijo él. -Le dije al guarda cuando me pidió la entrada y antes de que pudiera decir algo más, entré rapidamente, como si escapara de algo.

Entré al lugar y empecé a caminar por entre los pasillos, buscando a Elio. Lo sabia, era él, ese porte y esa voz no podia ser de alguien más. Miraba a mi alrededor, tratando de ubicarlo. Cuando choqué con alguien, cayendo al suelo ambos. Yo encima de esa persona. Mierda, hoy no era mi dia y entonces me di cuenta que tal vez si lo era, debajo mio con sus audifonos. Le miré con el ceño fruncido y antes de que abriera él la boca, le fulminé con la mirada y quité sus audifonos de sus oidos.

- No estás en condiciones de exigir nada Elio. -Dije, callando sus posibles replicas. -Y ahora, retirarás lo que dijiste en el parquesito. -Dije con voz entre amenazante y orgullosa. -Te espero. -

Me acomodé mejor, impidiendo o más bien, tratando de preveer cualquier moviemiento de su parte, que lo pusiera en ventaja.

Iba de cuadro a cuadro intentado comprender el mensaje que escondían de sus artistas, de algunos comprendía ciertas cosas de otros, yo creo que no tenían ningún mensaje si no que lo hacían tirando bochazos contra el lienzo y ale, cuadro hecho, así me hago yo pintor de cuadros. “Pero bueno, si estaban en un museo será porque tenían un mensaje, o quizás no, pero como tampoc… “ Estaba pensando en mis cosas, cuando alguien me golpeó y me tiró al suelo.

- ¿Shantal? Pero quée.. ¡Mis cascos idiota! Ten cuidad….- ¿Que me espera? ¿Qué me espera a qué? ¿Qué le pida perdón de qué? – Pero tú estás loca chica, ¿quieres quitarte de encima? – Intenté quitármela de encima, pero cuando vi la gente que tenía alrededor pensé que era mejor montar el espectáculo adolescente que empezar a usar nuestra fuerza y liarla aún más. – ¿Quieres dejar de intentar violarme? ¿No ves que no pienso volver a acostarme contigo? Olvídate de mí, que parece que te ha dado por seguirme… - le dije con cara simpática como si allí no pasara nada, bueno en verdad con cara de cabrón.

Shantal fue un desliz que tuve hace un tiempo, y nunca pensé que me la encontraría aquí. La verdad es que me estaba empezando a encontrar gente conocid, ¿qué pasaba que todos veníamos a esta ciudad en busca de un alma? Pero el caso es que Shantal fue un desliz que nunca volvería a tener, era bipolar, pero en el sentido de que cambiaba de personalidad de un momento para otro, ahora feliz, ahora te odio, ahora me caes bien, ahora te quiero asesinar…. Yo creo que esta chica nunca llegué a conocerla, aunque tenía su parte buena, también tenía su parte mala, aun recuerdo cuando me dijo que no se acostaba con cualquiera, se ve que yo no soy cualquiera, si no, no me lo explico.

¿Shantal? ¿Shantal? No, Shantal no. La bruja del 71. ¡Pues claro que era Shantal! ¿Quién si no? ¿Tan dificil de crear era aquello? Aunque bueno, a mi tambien me habia sorprendido verlo en aquel lugar. Ya era el segundo demonio que veía en la ciudad. ¿Acaso habia una convención de demonios y no habia sido invitada? Ay por la melena radiante de Simba...¿Por qué me habían excluído de esa manera tan vil y crue? Lastimaban los sentimientos de esta pequeña demonia. Suspiré dramáticamente y volví a mirar a Elio.

- ¡Hey! ¿Qué te pasa? Idiota el que está debajo mío y sufre por unos audifonos... -Dije molesta por haberme dicho de esa forma. -Idiota... -Mascullé sentándome en su vientre y cruzándome de brazos. -¿Y a quien llamas loca? Y no, no me quito...está suavecito y cómodo. -Dije, como niña pequeña. - ¡Ah! Ahora resulta... No seas iluso, ya quisieras tú que te diera otra oportunidad. -Dije con un poco de arrogancia. -¡Já! ¿Y quien te dijo que quería volver a acostarme contigo, so creído? ¿No serás tu el que lo quiere y por eso me dije a mí que no quieres? -Pregunté apuntandole con el dedo de manera acusatoria.

Vale, generalmente era mala con los demás pero con...éste personaje no podía ser así. Siempre terminaba sacandome mi lado...era extraño. Alejé los audifonos de su mano antes de que los tomara y negué con la cabeza divertida. Los guardé en el bolsillo trasero de mi sudadera. Le miré.

-No, no....sin disculpa; no hay audifonos. -Dije alejando sus manos de mi trasero. -Repite después de mi: Sin disculpa, no hay audifonos. -Dije, como si a un niño pequeño me refiriera.

Vale, amaba joderle a este hombre. Sencillo.

¿Pero esta tía estaba loca o qué? A qué mala hora bebí esa noche, si hubiese sabido que acabaría conociendo una mujer así no hubiera probado un trago, dios mio, era insoportable, aunque la verdad es que me gustaba sacarla de quicio, era incluso hasta divertido! Fíjate, me entretenía aquella chica, me trataba raro, sabía que lo que quería era acostarse conmigo, se le veía a leguas, o quizás no, pero era más divertido pensar que sí.

- ¿Pero que voy a repetir contigo?... ¡Qué estás loca! Devuélveme los cascos… - Vi que no me hacía ningún caso, así que me relaje, me tranquilicé y puse cara de cabrón. – No, si yo sé porque no quieres devolvérmelos, por lo mismo que no quieres quitarte de encima de mí, ¿no? Que pasa, ¿que quieres volver a recordar aquella noche? Mira que no quiero que vuelvas a despertar a todo el vecindario con tus “grititos” de placer.


La cosa era calentarla, saltaría de un momento a otro y me montaría el espectáculo, más aún pero bueno, me parecía bien, una diversión añadida. Lo malo es que la calentara de otra forma, pero no creo, supongo que comprenderá lo que quiero decirle y en ese caso se enfadará y entonces será imposible cómo reaccionará. Se quedó atónita, vi en su cara como comenzaba a odiarme, como tenía ganas de matarme o de otra cosa, vete tú a saber. Miré a mi alrededor y vi a todo el alumnado riendo, le guiñe el ojo a unas cuantas chicas y les susurré "me ama, pero es muy celosa" y le volví la mirada a Shantal

- Shantal, sabes que no me voy a acostar contigo, mira todos los adolescentes que tienes a tu alrededor ves a un baño y quema unos cuantos preservativos. – Le dije sonriendo con la cara de quien me vio nacer entre cabrones.

¡Ah! Y ahora el señor me decía que estaba loca, primero que era una creída y ahora que era una loca. ¿Después que...? ¿Qué era una...una... ¡Un angel!? Oh no...este hombre cada vez más me sacaba de quicio. Y para aclarar yo no estaba loca. Tal vez era un poco bipolar y despistada pero NO-ESTABA-LOCA. Punto. ¡Y que nadie se atreviera a decir lo contrario porque entonces...¡Ay por los bigotes del Ratón Perez! Ahí sí sabrían quién era yo. ¡He dicho, carajo!

- ¡Pero que dificil eres, hombre! Ya te dije que sin disculpa; no hay audifonos. -Al ver el cambio en su semblante, m*erda...supe que algo tramaba este cabrón y es que habia que aceptar que la cara que habia puesto era de uno. - Ya claro...como si no te hubieran estimulado mis gritos esa vez...¿Como era? Déjame pensar... -Fingí pensar y recordar lo que había pasado esa noche. -¡Ah ya! No pares...tus gritos me encienden. Di mi nombre...dilo. -Dije, imitando su voz. - Y vaya que te encendía porque Elio Jr...¡Woow! -Mordí mi labio.

Vale, no era muy cómodo estar hablando de las intimidades delante de todos. Pero él habia empezado. No iba a dejar que me colocara una reputación de la gritona a la hora de tener sexo. Y menos con los chicos guapos que estaban allí. Ví como le sonrió coquetamente a un grupo de niñas inocentes. Pobres, sentí un poco de lastima por ellas pero cuando escuché su comentario. Mi coraje aumentó y le di un pequeño zape en el hombro.

- ¡Ja! ¿Soy yo la celosa? ¿Quien fue el que casi se va a golpes con ese barman por decir que la casa invitaba? ¿Ah? ¿Ah? ¿Quien? -Comenté alzando un poco la voz. Aunque la verdad debía de aceptar que él había estado borracho cuando eso. Y no lo habia hecho aposta. Aunque ¿Por que no joderle? - Oh no te preocupes...que ese error no lo cometo dos veces. Elio Jr. fantastico pero tu rendimiento... -Hice una mueca y negué con la cabeza. - Muy mal amigo ¿Eh? Muy mal. -Dije dandole una pequeña palmadita en el hombro.

Vale, la gente ya nos estaba mirando ¿Y qué? Estaba segura que esto les estaba divirtiendo más que Scary Movie. Eso lo aseguro.

Reí como un descosido, pero que no podía parar, me retorcí como me dejaba su enorme que no gigante culo y intenté respirar. Carcajada por aquí, carcajada por allá hasta que paré y me quedé mirándola. Solté un silbido de admiración, de esos de cuando ves a una chica preciosa pasar por la calle y quieres llamar su atención, y cuando tuve la atención de todo el auditorio, le contesté sonriendo.

- A ver gente, fantásticos espectadores – les dije desde el suelo, y sonriendo como nunca. – Mister Elio Jr. Funciona perfectamente, si no que alguien me explique porque esta señorita despertó a todo el vecindario con sus gemidos… - Todos nuestros espectadores rieron al unísono, la verdad es que aquella era una escena bastante cómica. – Además, mirar quien está encima de quién… porque aquí se está guay, pero es un poco incómodo y no deja que cambiemos de postura - me tapé la boca con la mano para que no me viera decirlo Shantal. – Me ama, está medio loca y no comprende que lo nuestro no puede funcionar chicas. – les dije al grupo de adolescentes que me sonreían.

- Vengaa, ya está bien Shantal, siento haberte insultado y intentaré no volver a hacerlo otra vez, ¿diacuerdo? ¿ me devuelves mis cascos y te quitas de encima? ¿O quieres seguir ahí? A ver si lo que te ha gustado es Elio Jr. y ahora no quieres perderlo de vista, porque gracias a dios no lo has cogido que si no… no lo sueltas. - me había rendido, quería ser bueno me lo había propuesto, lo que pasó aquella noche fue por el alcohol y en cierto modo apreciaba a Shantal y no quería que nada malo le sucediera, aunque nos odiemos en ciertos momentos, bueno ella a mí claro!

¿Y a éste que mosco le picaba? En un momento estaba realmente molesto y ahora se reía como si acabara de descubrir el chiste más gracioso del mundo. ¡Claro! ¿Y yo era la loca no? De repente llamó la atención de todos. Vale, esto ya parecía un espectaculo de Broadway...y lo peor...¡No nos pagaban! Ah no, eso sí que no...¿Espectáculo gratis? ¡No señor!

- Ya...y yo era la unica que gemía ¿Verdad? ¡Hasta mis vecinas me pidieron que te pasara tu numero! Querian un hombre con la misma potencia de tu voz. Hiciste fans, cariño. -Dije riendo al recordar a las locas de mis vecinas. Esas mujer si que estaban locas. -¿Qué dijiste?... ¡¿Qué dijiste pedazo de...?! -Le miré acusatoriamente y miré a las demás personas. - ¿Alguien me puede decir que fue o que dijo este...él? -Pregunté mirando amenazadoramente a las demás personas, aunque ninguna dijo nada. Bufé. -¡Já! Ya quisiera tú eso Elio, ya quisieras.- Me acerqué a su oido. -Sabes que no me enamoro. -Susurré.

Me separé nuevamente y le sonreí, pero después esa sonrisa se borró. ¿Eso era todo? Ya...me pedía disculpas tan...tan asi. Bufé.

- ¿Eso es todo? Pff...pensé que sería más dificil. -Suspiré. - Pero no, ni te daré tus audifonos ni me quitaré de encima. Estoy cómoda. ¡Y aleja tus manos de mi trasero! -Exclamé, quitando sus manos de allí. Aunque la verdad sabía que era para tomar sus audifonos que lo tocaba. Miré a los demás. -¡¿Y ustedes qué miran?! Si les gusta el espectaculo pueden pagar...nada es gratis en esta vida. -Dije, mirandoles de mala manera.