¿Tomamos un café? // Samantha //

Me encontraba sentada en una de las muchas mesas que había cerca de la fuente que había en el centro comercial. Aunque hacía algo de frío fuera, dentro del edificio el aire era cálido, por lo que mi chaqueta de cuero se encontraba sobre el respaldo de mi silla. Había elegido una camiseta de manga larga con bastante cuello, y eso sumado a unos vaqueros conjuntados con un par de botas altas, hacían que el conjunto me hiciera parecer elegante y a la vez algo cómoda. Nada más llegar había pedido un café para que el frío que me recorría el cuerpo se esfumara, aun estaba esperando que me lo trajeran. Mire nuevamente el móvil, hasta que al final me decidí y escribí un mensaje de texto. Antes de mandar el mensaje lo releí esperando no haber cometido ninguna. En el mensaje había escrito: "¿Tomamos un café? Te espero en la fuente principal del centro comercial. Un beso. Liv". Juguete con el dedo sobre el botón de enviar antes de pulsarlo. Suspire al ver como la camarera recogía mi café en la barra y con paso desganado se dirigía a mi mesa. Sople un poco antes de tomar el primer sorbo. Había dejado el móvil sobre la mesa esperando la contestación de mi amiga Samantha. Hacía tiempo que no la veía, aunque por mi condición de demonio, tampoco podía pasar demasiado tiempo a su lado. No sabía porque pero esa mañana me había asaltado un recuerdo de la última vez que había estado con ella y la ganas de tener una conversación con alguien, habían que decidiera poner fin a nuestra separación. Me recosté sobre la silla con el vaso de café en las manos intentando retener -y calentarse a la vez con- el calor que este desprendía.

Al verla entrar y pasear su vista por todo el edificio, alce la mano esperando que me viera. Estaba sentada en la puerta de la cafetería por lo que no le sería muy difícil. No es que lo viera pero parecía algo cabreada, y tenía sus razones para estarlo. Mire la taza de café que había delante mio y se la entregue a la camarera que paso a mi lado para que se la llevara mientras Samantha se acercaba. Volví a mirarla, había crecido desde la última vez que la había visto. No hacía tanto tiempo que no hablaba con ella pero aun así el tiempo para mi podía no llegar a ser el mismo que para ella. Samantha cada vez estaba más cerca de mi, y yo apenas había pensado cual sería la escusa que utilizaría para disculparme por lo que cuando llego a mi lado lo único que acerté a decir fue:
-Hola Samantha.- Sabía que tenía que pensar rápido, la cuestión es que los saludos me darían algún tiempo de más, al menos hasta que ella empezara a pregunta, para cuando lo hiciera yo ya habría pensado algo coherente, o incluso podría haber decidido contarle la verdad -o al menos una parte de esta-.