un encuentro inesperado [Libre ]

Caminaba por las viejas calles con las manos en los bolsillos, el tiempo estaba tan frió como siempre y se podía notar y respirar la humedad del ambiente, los edificios se levantaban ante mi como si de un laberinto se tratase, formando callejuelas estrechas que no llevaban a ningún lugar si caminabas sin ningún rumbo fijo.

Aquella tarde había salido a dar un paseo, la verdad es que las clases eran monótonas y pasar el mismo curso una y otra vez resultaba demasiado a aburrido.
Podía ver el vaho que expulsaba al respirar, todavía quedaba un buen paseo para llegar a casa, aunque no tenia mucha prisa ya que no había nadie que me esperase allí.
Tenia las manos heladas así que las metí en los bolsillos de la vieja chaqueta negra que lleva puesta buscando unos guantes, o en su lugar, simplemente calentar las manos.

Tenía la extraña sensación que de alguien me venia siguiendo varias calles atrás, pero no el di importancia, es una ciudad bastante grande y esta muy poblada, y mas en el mismo centro de la ciudad Pensé.

Iba sumido en mis pensamientos, lo solía hacer mucho, en general soy algo despistado y tenia la sensación de que algo se me olvidaba, pero tampoco le di mucha importancia; al cabo de un rato recordé que me había dejado las llaves del apartamento en algún lugar del instituto, y ya estaba a medio camino de este, no me apetecía mucho volverme ya que era bastante tarde, pero resignado decidí volverme .
Gire la calle, y al hacer esto coche con algo que no había visto debido a la oscuridad, cuando la silueta se hubo aclarado pude distinguir la silueta de una persona.

-Lo... lo siento, soy muy despistado -Dije rascándome la nuca y con una sonrisa tranquilizadora-

Caminaba sola por la calle, pensando lo tonta que había sido al aceptar ayudar al muchacho. La noche en el bar había sido larga y no como yo esperaba que fuera, había ido allí a bailar no servir copas mucho antes de la hora a la que tenía previsto comenzar. Cuando levante la cabeza perdida, estúpida yo, por no mirar hacia donde caminaba choque con alguien que justo paseaba, al igual que yo, por la calle. No era raro ver a una persona caminando por esas calle a esta hora del día, aunque también debí de pensar que tenía que tener cuidado con la gente que pasaba, mirar por donde iba y esas cosas. El encontronazo no había sido tan fuerte, solo me había impulsado un poco hacía atrás, por lo que alce la cabeza para pedir disculpas. -Lo siento mucho.- Comente, había sido estúpido por mi parte, olvidarme de que eso podía ocurrir. Aunque mi naturaleza me gritaba que exigiera una disculpa al chico que tenía frente a mi, hacía tiempo que había aprendido a callar esa voz, luchar contra mi propio ser no siempre había sido una tarea fácil o victoriosa, casi siempre me dejaba agotada.-Ambos deberíamos ser algo más cuidadosos la próxima vez.-

Pude ver a una muchacha enfrente de mi, de aproximadamente de 1,76 metros de estatura, la piel bastante bronceada y con el pelo rubio cayéndole por la espalda, los ojos de un color azul claro, y unos labios finos y rojos, a la luz de las farolas se podía decir que parecía en cierto modo una muñeca de porcelana que en cualquier momento daba la impresión de quebrarse

-Si la verdad es que estamos un poco despistados- Le sonreí rascándome la nuca -Soy Blaine, encantado -Le tendí mi mano amistosa mente.

Había algo en ella, que no era normal, estaba casi seguro de que no se trataba de una persona normal y corriente, pero sería mejor llevar la cosa con discreción, no era plan de avasallarla con preguntas sin saber si se trataba de un amigo o de un enemigo.

Notaba el frió de la noche sobre mi, Londres era una ciudad bastante fría, y mas en otoño o invierno, me abrigue mas con la chaqueta negra que suelo llevar y busque de entre los bolsillos un par de guantes, pero al parecer no los llevaba encima, cualquier día me dejaría la cabeza en casa.

Observe a la muchacha otra vez que tenía enfrente de mi, todavía sonriendo, seria para calmar la situación, esperaba una respuesta por su parte o por lo menos algún tipo de reacción, que diera alguna señal de vida latente, se podía ver el vaho que emitíamos al respirar, y no seria nada extraño que empezase a llover de un momento a otro, me encantaba el olor a humedad, me relajaba

Las palabras del chico me hicieron comprender que era bueno y bastante hable, aunque nunca hay que prestar atención a las primeras opiniones cuando se conoce a alguien. Me había observado de arriba a bajo por lo que opte por hacer lo mismo. Era casi tan alto como yo por lo que no tuve que alzar apenas la cabeza para mirarle. -La verdad es que si.- Comente correspondiendole con otra sonrisa. -Liv, igualmente.- Hacia tiempo que había aprendido lo bueno que era tener modales en este mundo. Justo cuando toque su mano para corresponder al saludo, note algo inquietante en él, lo habría podido notar antes si hubiera sabido lo que debía de buscar. Me quede quieta, con su mano todavía cogida con la mía, analizando esa punzada que me había dado en la nuca. Ya la había sentido antes, pero no lograba acordarme cuando. El frió del invierno me hizo bajar de las nubes y soltarle la mano de nuevo. -Perdón, ¿nos conocemos de algo?- Le pregunte confusa, tenía que ser eso. Esa era la única explicación que podía darle a esa sensación que acababa de sentir.

Me contemplo de arriba a bajo, supongo que como yo lo hice, la verdad era un poco despistado para esas cosas, saltando el pequeño detalle de que me acababa de chocar literalmente con ella, me estrecho la mano y un escalofrió recorrió su columna, había notado algo, al igual que lo hice yo, esto aclaraba mis dudas de que no era normal, paso un rato hasta que se dio cuenta de que todavía sostenía mi mano, así que la soltó preguntándome.

- No, dudo que podamos llegar a conocerlos- Sonreí amablemente, su rostro se mostraba pensativo por algún motivo que yo por el momento desconocía.

El frió del otoño empezó a azotarnos, y se empezaba a estar realmente mal en medio de la calle, en pocos minutos, nos habíamos convertido en los únicos que se encontraban fuera a la intemperie
-¿Te apetece ir a algún sitio?, a no ser claro, que fueras a algún lugar en particular o tengas algo mejor que hacer- Le dije
No me gustaba nada el frió, me recordaba a lo mal que lo pase en las gélidas aguas del océano, empece a estar ausente durante unos momentos, hasta que recordé que estaba acompañado , e intente pensar en otra cosa para poder distraerme y alejar los malos recuerdos de mi cabeza.